La separación de hecho es un término que se utiliza para describir una situación en la que dos personas que están casadas se encuentran viviendo independientemente una de la otra, pero no han formalizado su separación legalmente mediante un divorcio. A menudo, la separación de hecho puede ser confusa y compleja, ya que puede haber implicaciones financieras y emocionales importantes para ambas partes. Es importante comprender las diferencias entre la separación de hecho y la separación legal, así como sus efectos, para saber cómo manejar adecuadamente la situación.
Cuando una pareja decide poner fin a su relación matrimonial, existen diversas alternativas legales para formalizar dicha ruptura. Dos de las opciones más comunes son la separación de hecho y la separación legal. A continuación, te explicaremos las diferencias entre ambas y los efectos que cada una de ellas puede tener en tu vida.
¿Qué es la Separación de Hecho?
La separación de hecho es una situación en la que dos personas que estaban casadas deciden vivir separados sin formalizar dicha decisión ante un juez. Es decir, es una separación de facto, sin intervención judicial. La pareja deja de convivir y asume una vida separada, cada uno de ellos hace su vida sin el otro, y no tienen obligaciones legales el uno hacia el otro como si estuvieran casados.
¿Qué diferencia hay entre la Separación de Hecho y la Separación Legal?
La principal diferencia entre la separación de hecho y la separación legal es que la segunda es un proceso legal formal que tiene consecuencias jurídicas que no tienen las parejas que se separan de hecho.
La separación legal se formaliza presentando una demanda ante un juez, quién tras los trámites necesarios, fijará un convenio regulador para que las partes pacten su situación en cuanto a las obligaciones económicas y la custodia y régimen de visitas de los hijos. La separación legal tiene consecuencias importantes, como la separación de bienes, y la ruptura de las obligaciones económicas como el pago de la hipoteca o manutención.
Por otro lado, la separación de hecho no implica la anulación de las obligaciones conyugales como la manutención de hijos y cónyuges, los acuerdos que se tomen quedarán bajo la discrecionalidad de los ex cónyuges si llegan a acuerdo, o los pactos verbales que hayan podido llegar. Por eso se recomienda no sólo la separación física, sino también la judicial para lograr una seguridad jurídica que proteja los intereses de ambas partes.
Efectos de la Separación de Hecho
La separación de hecho tiene algunos de los efectos que tiene la separación legal, pero éstos no siempre serán vinculantes, ya que son resultado de acuerdos de palabra que pueden resultar en incumplimientos, lo cuál causaría no sólo un conflicto familiar, sino un procedimiento judicial posterior en caso de requerirlo.
Uno de los principales efectos de la separación de hecho es que la pareja no tendrá la obligación de convivir como si estuvieran casados, y cada uno podrá vivir su vida sin que se generen obligaciones legales el uno al otro.
En conclusión, los efectos de la separación de hecho dependerán de cada caso en particular, de los acuerdos entre las partes y de la voluntad de cada uno.
¿Cómo se Resuelve la Separación de Hecho?
La separación de hecho puede resolverse de distintas maneras, dependiendo de los acuerdos que se logren entre las partes. Por ejemplo, la pareja podría decidir volver a convivir juntos, o bien, formalizar su separación legal. La decisión dependerá de la voluntad de ambos y de las circunstancias de cada caso.
Si lo que se busca es una solución definitiva a la situación conyugal que se está viviendo, la separación legal es la opción más recomendable, ya que brinda mayor estabilidad jurídica y evita futuros conflictos entre las partes.
Coste de la Separación de Hecho vs. Separación Legal
En cuanto al coste monetario, la separación de hecho no tiene costos legales ya que no hay un proceso legal formal que formalizar. Por otro lado, la separación legal supone la presentación de una demanda ante un juez y la contratación de un abogado especializado en familia, generando costos que pueden variar dependiendo del abogado y el caso en cuestión.
En términos de tiempo, la separación de hecho es inmediata y no requiere de trámites legales. Por otro lado, la separación legal puede tardar meses o incluso años, dependiendo de la complejidad del caso y la carga de trabajo de los órganos judiciales.
Conclusión
La separación de hecho y la separación legal son dos formas diferentes de poner fin a una relación matrimonial. La primera no implica trámites legales y no tiene vinculación ni garantiza posicionamiento jurídico alguno, mientras que la segunda es un proceso legal que garantiza la seguridad jurídica del acuerdo que se tome y acredita ante terceros la situación jurídica de las partes.
En cualquier caso, si estás atravesando una situación de ruptura matrimonial, es fundamental que cuentes con asesoramiento legal especializado y que busques una solución que se ajuste a tus necesidades y garantice tus derechos.