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El proceso de divorcio conlleva la necesidad de dividir los bienes compartidos entre las partes involucradas. En España, la legislación establece un marco legal que regula la forma en que se deben repartir los activos y pasivos en caso de separación o divorcio.
En este artículo, exploraremos cómo funciona el proceso de división de bienes en un divorcio en España, así como los derechos y obligaciones de cada cónyuge en este contexto.
La división de bienes en un divorcio es uno de los temas más delicados y complejos a los que se enfrentan las parejas que deciden poner fin a su matrimonio. En España, la legislación establece un marco legal para determinar cómo se repartirán los bienes adquiridos durante el matrimonio, así como las deudas y obligaciones que puedan existir entre los cónyuges.
En primer lugar, es importante tener en cuenta que en España rige el régimen de gananciales, que establece que todos los bienes adquiridos durante el matrimonio son propiedad de ambos cónyuges de forma igualitaria. Esto significa que, en caso de divorcio, todos los bienes y deudas se repartirán al 50% entre ambos.
Sin embargo, existen excepciones a este régimen, como por ejemplo los bienes que hayan sido adquiridos antes del matrimonio, que serán considerados como bienes privativos de cada cónyuge y no serán objeto de reparto en caso de divorcio. También se excluyen de la división los bienes heredados por uno de los cónyuges, así como los donativos que hayan sido recibidos de forma expresa e individual.
En cuanto a la vivienda familiar, se establece que en caso de divorcio, esta se atribuirá al cónyuge con el que queden los hijos menores de edad o con capacidad modificada judicialmente. En caso de que no haya hijos, la vivienda familiar se podrá atribuir a cualquiera de los dos cónyuges, siempre y cuando se justifique que no existen otras soluciones más equitativas.
Además de los bienes materiales, también se tienen en cuenta las deudas y obligaciones económicas que hayan sido contraídas durante el matrimonio. En este sentido, las deudas se repartirán de forma equitativa entre ambos cónyuges, salvo que se demuestre que una de las partes ha sido la única responsable de contraerlas.
En caso de que no se llegue a un acuerdo entre los cónyuges sobre la división de bienes, será necesario acudir a un proceso judicial para que sea un juez quien determine la forma en la que se repartirán los bienes y deudas. En este proceso, se deberán presentar pruebas y documentación que permitan al juez tomar una decisión justa y equitativa para ambas partes.
En resumen, la división de bienes en un divorcio en España se rige por el régimen de gananciales, que establece que todos los bienes adquiridos durante el matrimonio son propiedad de ambos cónyuges de forma igualitaria. Sin embargo, existen excepciones a este régimen, como los bienes privativos, herencias y donativos, que no entran en la división de bienes. En caso de no llegar a un acuerdo, será necesario acudir a un proceso judicial para determinar la forma en la que se repartirán los bienes y deudas. Es importante contar con asesoramiento legal en este tipo de situaciones para garantizar que se respeten los derechos de ambas partes y se llegue a una solución justa y equitativa.
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