El amor es un sentimiento maravilloso que une a dos personas, pero desafortunadamente, a veces el amor se desvanece y las parejas deciden separarse. En las últimas décadas, ha surgido una nueva forma de relación, la pareja de hecho, que aunque no se formaliza legalmente como el matrimonio, implica una convivencia similar. Sin embargo, cuando una pareja de hecho decide separarse, la disolución no es tan fácil como se podría pensar. Tanto desde un punto de vista legal como emocional, hay muchos aspectos que se deben considerar, y es importante conocer los derechos y las obligaciones que cada miembro de la pareja tiene ante la ley. En esta ocasión, nos enfocaremos en los aspectos legales y emocionales que se deben considerar en la complicada disolución de una pareja de hecho.
En la actualidad, cada vez es más frecuente que las parejas decidan convivir y formar una familia sin formalizar su relación mediante el matrimonio, es decir, a través de lo que se conoce como una pareja de hecho. Aunque esta opción puede parecer más cómoda para muchas personas, en ocasiones puede generar problemas legales y emocionales en el momento de la disolución de la pareja. A continuación, se examinarán los aspectos legales y emocionales a considerar en caso de la disolución de una pareja de hecho:
Aspectos legales: ¿Qué dice la ley sobre la disolución de una pareja de hecho?
En primer lugar, es importante señalar que las parejas de hecho no tienen los mismos derechos y deberes que los matrimonios. En el caso de una pareja de hecho, la situación puede variar en función de la comunidad autónoma en la que se resida, ya que son las leyes de cada autonomía las que establecen el régimen jurídico de estas uniones.
A pesar de las diferencias, existen ciertos aspectos comparten las parejas de hecho y los matrimonios en cuanto a la disolución de la relación, siendo estos los siguientes:
- El fin de la relación: para poder dar por concluida la pareja de hecho es necesario que ambos miembros estén de acuerdo. En caso de desacuerdo, será necesario acudir a un procedimiento judicial.
- Separación de bienes: al igual que en un matrimonio, una vez se da por finalizada la pareja de hecho, será necesario establecer el reparto de los bienes comunes. Si los miembros de la pareja no llegan a un acuerdo, será necesario que un juez decida la división de los mismos.
- Pensión de alimentos: en el caso de que la pareja de hecho tenga hijos en común, el no haber formalizado la relación mediante matrimonio no exime al padre/madre de la responsabilidad de contribuir al mantenimiento de los hijos.
- Uso de la vivienda familiar: en el caso de que la pareja conviviera en una vivienda que sea propiedad de uno de los miembros de la pareja, será necesario establecer quién se queda con el uso de la misma tras la ruptura.
Proceso emocional y psicológico: ¿Cómo afrontar una ruptura de pareja de hecho?
Además de los aspectos legales mencionados anteriormente, es importante tener en cuenta el proceso emocional y psicológico que conlleva la desintegración de una pareja de hecho. Al igual que en un matrimonio, la separación puede generar ansiedad, tristeza e incluso depresión en los miembros de la pareja. Para afrontar adecuadamente una ruptura de pareja de hecho, es necesario tener en cuenta los siguientes aspectos:
- Hablar sobre los sentimientos: es importante que ambos miembros de la pareja se comuniquen y hablen acerca de sus sentimientos. Es normal sentir tristeza y rabia tras la ruptura, pero reprimir estos sentimientos puede generar un mayor dolor y problemas emocionales en el futuro.
- Buscar apoyo en amigos y familiares: contar con el apoyo de amigos y familiares es fundamental en momento de duelo y dolor emocional. No hay necesidad de sentir vergüenza o miedo al hablar con otros acerca de la situación.
- Reconocer los propios errores: es importante saber que una ruptura de pareja siempre implica ambos miembros, no únicamente uno de ellos. Es importante reconocer los propios errores y aprender de ellos para poder avanzar y crecer personalmente.
- Darse tiempo para curar: cada situación es distinta, por lo que es importante no obligarse a seguir adelante demasiado rápido. Es necesario darse el tiempo necesario para asimilar la ruptura y recuperarse emocionalmente.
¿Cuál es el mejor momento para formalizar una unión en pareja de hecho?
Aunque cada caso es único y depende de las necesidades de cada pareja, formalizar una unión en pareja de hecho podría ser especialmente beneficioso en los siguientes casos:
- Pareja con hijo/s en común: formalizar una unión de pareja se convierte en un factor clave a la hora de proteger los derechos de los hijos en torno a herencias y pensiones.
- Pareja sin hijos: en este tipo de situaciones, la protección de los bienes del otro miembro de la pareja a la hora de fallecer se convierte en una prioridad.
- Parejas con contratos de convivencia: si la pareja ha formalizado una unión a través de un contrato de convivencia, es especialmente importante formalizar la unión.
¿Qué sucede si la pareja no llega a un acuerdo en caso de ruptura?
En caso de que la pareja no llegue a un acuerdo en torno a cuestiones legales sobre la disolución de la pareja de hecho, es necesario recurrir a un proceso judicial. En estos casos será un juez el que establezca las medidas oportunas en cuanto a la división de bienes comunes, tenencia de hijos, etc. Es importante tener en cuenta que este proceso puede resultar largo y molesto, por lo que es preferible siempre llegar a un acuerdo de mutuo acuerdo.
¿Cómo prevenir estos problemas en el futuro?
Para evitar problemas legales y emocionales en la disolución de una pareja de hecho, es recomendable formalizar la relación a través de un registro de pareja de hecho. Este proceso es simple y suele ser gratuito o de bajo coste, dependiendo de la comunidad autónoma. De esta forma, se establecen ciertas medidas de protección para ambos miembros de la pareja en caso de que la relación tenga que ser disuelta en algún momento.
Conclusiones
En conclusión, aunque formalizar una pareja de hecho puede parecer en un principio una opción más sencilla y cómoda que el matrimonio, en caso de disolución de la relación pueden surgir problemas legales y emocionales. Desde la comunidad legal se recomienda siempre buscar el asesoramiento de profesionales en la materia para minimizar los riesgos de conflicto o futuras complicaciones.