En el ámbito legal, cuando se trata de cuidar y proteger a una persona que no puede gestionar por sí misma sus asuntos, existen dos figuras jurídicas: la curatela y la tutela. Ambas tienen como objetivo proteger y garantizar el bienestar de una persona incapaz, pero se diferencian en cómo se ejerce este cuidado y la extensión de las responsabilidades del tutor o curador. En este artículo, explicaremos en qué se diferencian la curatela y la tutela, para que puedas comprender mejor estas figuras legales y elegir la más adecuada en cada caso.
La curatela y la tutela son dos figuras legales que se utilizan en el ámbito del derecho para proteger a personas que no pueden tomar decisiones por sí mismas. Ambas tienen como objetivo proteger y asistir a aquellas personas que no tienen la capacidad para decidir por sí mismas en cuestiones legales, financieras o de salud. Sin embargo, existen importantes diferencias entre la curatela y la tutela que es necesario conocer.
¿Qué es la tutela?
La tutela es una figura legal que tiene como objetivo proteger a los menores de edad o a las personas que se encuentran en una situación de incapacidad. En este sentido, la figura del tutor se encarga de tomar decisiones en el ámbito legal, económico y personal en nombre de la persona que se encuentra bajo su protección.
La ley establece que la tutela es necesaria cuando un menor de edad queda huérfano o cuando sus padres no pueden hacerse cargo de su educación y manutención. También se pueden establecer tutelas para adultos que se encuentren en situación de discapacidad o incapacidad, ya sea por una enfermedad mental, física o por la vejez.
Quien ejerce la tutela debe ser una persona mayor de edad, que tenga la capacidad de entender y tomar decisiones por cuenta ajena. Esta persona debe tener un vínculo de confianza con la persona tutelada, y debe velar por sus intereses y bienestar. La elección del tutor se realizará por orden judicial, dando prioridad a los familiares más cercanos.
¿Qué es la curatela?
La curatela es una figura legal que busca proteger a aquellas personas que, aunque no son totalmente incapaces, necesitan asistencia para tomar decisiones en ciertos aspectos de su vida. Quienes se encuentran bajo la figura de la curatela tienen capacidad para tomar decisiones en algunos ámbitos, pero necesitan ayuda para otros.
Por ejemplo, una persona puede necesitar ayuda para gestionar sus finanzas, sus bienes o para tomar decisiones importantes sobre su salud. En estos casos, la curatela puede ser establecida para proteger al individuo, pero permitiendo que tome decisiones sobre su vida diaria.
Quien ejerce la curatela es el curador, que tiene la responsabilidad de proteger y ayudar a la persona curatela en todas las cuestiones en las que necesite ayuda. El curador debe tener conocimientos en temas legales, financieros y de salud, y su principal responsabilidad es proteger los intereses de la persona a la que asiste.
¿Cuáles son las diferencias entre tutela y curatela?
La principal diferencia entre la tutela y la curatela radica en el grado de incapacidad de la persona protegida. Mientras que la tutela se aplica para aquellos menores de edad o adultos que no tienen la capacidad para hacer decisiones en su vida, la curatela se establece para aquellas personas que, aunque puedan tomar algunas decisiones, necesitan ayuda en algunas áreas.
Otra de las diferencias entre ambas figuras es que el tutor tiene la capacidad de tomar decisiones en todos los ámbitos de la vida de la persona protegida, mientras que el curador solo tiene la capacidad de asistir en ciertos aspectos.
En cuanto a las responsabilidades, el tutor tiene la responsabilidad de cuidar y proteger a la personas tutelada, mientras que el curador solo tiene la responsabilidad de cuidar y asistir en aquellas áreas en las que la persona necesite ayuda.
¿Cómo se establecen la tutela y la curatela?
La tutela y la curatela se establecen mediante una resolución judicial. Para ello se tendrá en cuenta la situación de la persona protegida y se valorará si es necesario establecer una tutela o una curatela.
Para establecer la tutela o la curatela, se designará a una persona que tenga el vínculo más cercano con la persona protegida, esto es, familiares cercanos en la mayoría de los casos.
Una vez establecida la tutela o la curatela, la persona que la ejerce debe presentar informes regulares a las autoridades judiciales, para demostrar que está cumpliendo adecuadamente con sus responsabilidades y para dar cuenta del estado de la persona protegida.
¿Puede haber más de un tutor o curador?
En ambos casos, puede haber más de un tutor o curador que se encargue de proteger a la persona. Por ejemplo, en el caso de la tutela, puede ser que exista una tutela compartida, donde varios tutores se reparten las responsabilidades que conlleva el cuidado del menor de edad o de la persona que se encuentra bajo su protección.
En cuanto a la curatela, en algunos casos, puede ser que se necesite la asistencia de varios curadores para abarcar todas las necesidades de la persona.
Es importante destacar que, en ambos casos, la figura del tutor o curador es temporal, y puede ser modificada si se demuestra que no está cumpliendo adecuadamente con sus responsabilidades o si la persona protegida mejora en su capacidad para tomar decisiones por sí misma.
¿Cuál es la duración de la tutela y la curatela?
En la mayoría de los casos, la tutela se establece hasta que el menor de edad alcance la mayoría de edad, es decir, a los 18 años. En casos especiales, puede ser que se necesite que la tutela se extienda más allá de la mayoría de edad, lo cual deberá ser justificado ante las autoridades judiciales.
En el caso de la curatela, la duración se establece de forma temporal y suele ser revisada periódicamente. En algunos casos, puede ser que la curatela se establezca por tiempo indefinido, por ejemplo, por una enfermedad o discapacidad irreversible.