El divorcio es una realidad cada vez más común en la sociedad actual. Se trata de la disolución legal y definitiva del vínculo matrimonial entre dos personas, lo que implica un proceso legal complejo y difícil de afrontar. En la provincia de Santa Cruz de Tenerife, el divorcio se tramita ante los Juzgados de Familia, donde se lleva a cabo un proceso de disolución matrimonial que afecta a la vida personal, social y económica de los cónyuges.
En primer lugar, hay que tener en cuenta que para poder divorciarse es necesario contar con una serie de requisitos previos. Por un lado, se debe acreditar que el matrimonio ha existido durante al menos un año. Por otro lado, hay que demostrar que el matrimonio ha sido irreductiblemente rota, es decir, que existe una ruptura insalvable entre los cónyuges. Estos requisitos se deben acreditar mediante una serie de documentos, como certificados de matrimonio y de defunción, entre otros.
Una vez cumplidos los requisitos previos, el proceso de divorcio comienza ante los Juzgados de Familia de la provincia de Santa Cruz de Tenerife. En este sentido, el proceso de divorcio se divide en dos grandes fases. En primer lugar, ambos cónyuges tienen que acudir al juzgado para presentar una petición de divorcio. En esta petición se especifican los motivos por los que desean divorciarse, así como los derechos y obligaciones que establecerán para el futuro. Una vez presentada la petición, el juzgado emitirá una sentencia que declare el divorcio y acuerde los términos de la separación.
Una vez emitida la sentencia, se inicia la segunda fase del divorcio. Esta fase consiste en la liquidación de los bienes comunes, la distribución de los bienes y la determinación de la pensión alimenticia. Esto significa que tanto el cónyuge que se queda con la casa como el que se queda con los hijos, tendrán que acordar una distribución equitativa de los bienes que adquirieron durante el matrimonio. Además, se establecerá una pensión alimenticia para los hijos, que se determinará en función de los ingresos de ambos cónyuges. Una vez acordados estos términos, el juzgado emite una sentencia que se encarga de poner en práctica los acuerdos entre los cónyuges.
El divorcio es un proceso complejo y difícil de afrontar que afecta a la vida personal, social y económica de los cónyuges. Por ello, es importante que ambos cónyuges sepan qué pasos hay que seguir para solicitar el divorcio, así como las consecuencias que conlleva. Además, es importante contar con el asesoramiento de un abogado para evitar problemas durante el proceso. El divorcio es una realidad cada vez más común en la sociedad actual y, por ello, no hay que tomarlo a la ligera.