La custodia de mascotas puede ser un tema delicado y complicado en un proceso de divorcio. Para muchas parejas, las mascotas son consideradas como miembros de la familia y la idea de separarse de ellas puede ser abrumadora. En este sentido, es importante tener claro que la ley aún no reconoce a las mascotas como seres sintientes, sino como propiedad, lo que complica aún más la situación. Por ello, en este artículo detallaremos cómo resolver quién se queda con el o los nuevos ‘hijos’ tras el divorcio, brindando consejos y estrategias efectivas para tomar decisiones justas y amigables para ambas partes.
Custodia de Mascotas: Cómo resolver quién se queda con el o los nuevos «hijos» tras el divorcio
Incertidumbre ante el futuro de la mascota
Cuando una pareja se divorcia, existen muchas dudas acerca de cómo repartir los bienes y el hogar familiar, pero también puede haber cierta incertidumbre sobre el futuro de las mascotas. Y es que, los animales de compañía se han convertido en un miembro más de la familia, por lo que no es extraño que surjan problemas para saber quién se queda con él.
En este sentido, lo más importante a tener en cuenta es el bienestar del animal, ya que él no tiene la culpa de la situación y es necesario altruista y responsable a la hora de tomar una decisión. De lo contrario, la mascota puede sufrir a largo plazo.
¿La mascota es un bien patrimonial?
Una mascota se considera un bien patrimonial al igual que el mobiliario, el automóvil y otras posesiones de la pareja. Sin embargo, no es lo mismo repartir una pantalla de televisión que decidir qué va a pasar con un animal que tiene sentimientos y necesidades únicas.
En caso de que la pareja no pueda decidir de manera amistosa, puede recurrir al juez de familia para que tome la decisión correcta en beneficio de la mascota.
El mejor hogar para la mascota
Tanto si se llega a un acuerdo amistoso como si el juez tiene que tomar la decisión final, lo más importante es que se piense en el bienestar de la mascota. Por lo que el hogar en el que tenga más calidad de vida será el mejor para él.
Este hogar dependerá de las necesidades y características de la mascota. Por ejemplo, no es lo mismo un perro grande que necesita espacio y salir a pasear varias veces al día que un gato que se contenta con la tranquilidad de un hogar.
La custodia compartida de la mascota
En algunos casos, la custodia compartida de la mascota es una opción viable y positiva para la mascota. En este caso, ambas partes acordarían tiempos de estancia en ambas casas, en los que se comprometen a cuidar del animal de manera responsable.
Esta opción solo sería recomendable en caso de que la pareja se separara de manera amistosa y ambos estuvieran dispuestos a colaborar y a velar por el bienestar de la mascota.
El acuerdo de custodia por escrito
Lo ideal sería llegar a un acuerdo por escrito que recoja todas las cláusulas necesarias para la buena convivencia del animal en cada hogar. De esta forma, se evitan malentendidos y se garantiza que todo el mundo tiene claras las pautas adecuadas para la correcta seguridad y cuidado del animal.
En este acuerdo se deberá establecer las responsabilidades de cada la persona que se hace cargo de la mascota en cada hogar, horarios de alimentación, remedios y cuidados higiénicos necesarios, tiempos de estancia en cada hogar, entre otros temas. En definitiva, todos los aspectos que sean necesarios para el bienestar del animal.
El abogado como mediador
En muchas ocasiones, la pareja tendrá que recurrir a la ayuda de un abogado para mediar en el proceso de reparto de bienes y hogar familiar. Este profesional también puede servir como mediador para resolver quién se queda con la mascota.
El abogado podrá ayudar a la pareja a encontrar una solución amistosa o presentar la mejor opción en el juzgado en beneficio de la mascota.